Novelas sobre varias generaciones de mujeres

Cien años de soledad, es un libro tan mágico y maravilloso que se puede releer tantas veces como se desee, y siempre se halla algo más, un matiz nuevo… Nunca me cansaré de él. Cada vez que regreso a Macondo, es como si volviera a un lugar conocido, como esos sucesos de la infancia que se rememoran con especial cariño.

El caso es que, además de un placer infinito, Cien años de soledad me generó una especie de adicción por las novelas de generaciones familiares, en especial las femeninas, que se incrementó después de la archiconocida La casa de los espíritusProbablemente he leído más de las que consigo recordar, pero intentaré sustraer de mi memoria algunas obras, al menos las más recientes.

No debo olvidar otras dos novelas de Isabel Allende, La hija de la fortuna y Retrato en sepia, que se pueden considerar antecedentes de La casa de los espíritus, y formarían junto a ésta una especie de trilogía. En la primera, nos narra la historia de Eliza Sommers, y viajaremos desde Valparaíso hasta San Francisco, para regresar nuevamente a Chile de la mano de su nieta, Aurora del Valle, en la segunda novela.

En Las mujeres que hay en mí, María de la Pau Janer nos narra la historia de Carlota, que trata de descubrir los trágicos episodios que marcaron a su abuela y a su madre, ambas muertas a los veinte años. Los hechos transcurren en una mansión situada en Mallorca, y giran en torno a un personaje de gran peso en la trama, el jardinero.

La casa de los amores imposibles, de Cristina López Barrio, es la fascinante historia de la maldición que pesa sobre el linaje de las mujeres Laguna, que sufrirán mal de amores, y sólo parirán niñas que perpetuarán esta herencia confinadas en las tierras de Castilla. Es un drama absorvente, plagado de realismo mágico, pasión, venganza… 

La montaña invisible, de Carolina De Robertis, es un libro que me sorprendió y me gustó especialmente. También es la historia de tres generaciones de mujeres, y recorremos con ellas la evolución política y social de Uruguay, desde comienzos del siglo XX,  hasta la década de los sesenta. Los personajes femeninos son muy originales y complejos, y el contexto histórico muy ilustrativo. Es una obra muy conmovedora.

Inma Chacón, con su Tiempo de Arena, nos relata la historia de las Camp de la Cruz, una estirpe toledana que se enfrenta a los cambios sociales de principios del siglo XX con diferentes perspectivas. La confesión de una de estas mujeres en el lecho de muerte, es el motor de arranque de este apasionante relato.

Por último, como curiosidad, señalar que tanto Las mujeres que hay en mí, como Tiempo de Arena, fueron finalistas del Premio Planeta de 2002 y 2011, respectivamente.