Reseñómetro de La templanza, de María DueñasLa templanza, María Dueñas

El protagonista de La templanza es Mauro Larrea, un español que emigró al México recién independizado de la madre patria en busca de fortuna. Viudo y con dos hijos pequeños, consiguió prosperar hasta convertirse en un potentado gracias a las minas de plata. Un revés de la suerte lo conduce de nuevo a la ruina. Los intentos por reconducir la situación económica lo llevan hasta La Habana colonial y, finalmente, a Jerez de la Frontera.

Dado que la novela es de la misma autora que El tiempo entre costuras, resulta ineludible hacer alguna referencia a esta. Pues bien, aunque resulte difícil de creer, no he leído el sonado éxito de María Dueñas, así que no tengo elementos de juicio para hacer una comparación. También he de confesar que terminé La templanza hace más de un mes, y no me ha apetecido hacer la reseña hasta ahora.

Realmente no es que no me haya gustado, pero tampoco me ha entusiasmado. Y estoy tan aburrida de hacer reseñas de novelas que no me dicen nada, que me da una pereza inmensa.

No sabría identificar con exactitud de qué feeling carece. La idea no es mala. El personaje de Mauro Larrea está bien trazado, con sus luces y sus sombras. El desarrollo tampoco está mal, aunque encuentro un desfase significativo entre la parte de Las Américas -más amena, más colorida, más rica- y la española. Quizás se trate precisamente de la formalidad, de la corrección, tanto del estilo como del argumento. Probablemente la novela necesitaría más Carola Gorostiza y menos Soledad Montalvo, la dos féminas destacadas de la historia. Menos templanza y más calentura.

Como habrán visto, estreno hoy el Reseñómetro, donde recogeré de forma más gráfica las sensaciones que me produce la lectura de una novela. Por supuesto, los criterios son de mi experiencia como lectora, y son totalmente subjetivos.

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